martes, 20 de diciembre de 2016
lunes, 19 de diciembre de 2016
Desmonetización de la Economía
Emilio Spósito
Contreras
“DESMONETIZACIÓN”
DE LA ECONOMÍA
Y
SERVIDUMBRE
Midas:
–Perdóname, padre Leneo; he faltado;
pero
compadécete, te lo suplico,
y aparta de mí
este azote del oro.
Publio Ovidio Nasón, Las metamorfosis, XI, 85-145.
Desmonetización:
Proceso de caída relativa
de la cantidad
de dinero en circulación.
http://www.bcv.org.ve/c1/abceconomico.asp
I
De
la mano de la división del trabajo y el desarrollo tecnológico, la humanidad aumentó
la producción y acumulación de bienes. Con ello, durante el paleolítico, se desarrolló
el comercio, primero con base en el trueque, y luego en el dinero.
Durante
milenios, el intercambio de bienes no conoció la moneda. Los incas, por
ejemplo, nunca usaron de ella.
En
algún momento, el trueque se realizó con base en un patrón de valor fijo. Ello,
evidentemente, simplificó el comercio y lo extendió a gran cantidad de
comunidades y personas hasta entonces marginadas.
Entre
todos los bienes transados, sin duda los metales fueron los más importantes.
Seguramente el referido patrón de valor fijo se refirió a los metales, lo que
determinó la invención de la moneda (s. VII a. C.).
Los
autores indican que las primeras acuñaciones tuvieron motivos propagandísticos:
“La efigie de un soberano o el símbolo de
una ciudad (el búho de Atenas, por ejemplo) grabados en una moneda certificaban
no sólo la pureza del metal con que estaba hecha, sino también la gloria de su
emisor” (Cameron, Rondo, Historia
económica mundial: Desde el paleolítico hasta el presente. Traducción de
Mercedes Bengoechea, Consuelo Gallego y Nellie Manzo de Zúñiga. Alianza, 2ª
edición. Madrid 1989, p. 61).
En
el principio la moneda, en tanto hecha de oro, plata o bronce, fue de
aceptación universal: libremente convertible.
Con
la aparición del papel-moneda, el elemento “prestigio” del emisor es más que necesaria.
En
la Antigüedad, los griegos destacaron como mercaderes. No es de extrañar que
fueran precisamente los griegos, quienes generalizaran el uso de las monedas.
El comercio, de alguna manera es el fermento de la civilización.
II
El
desarrollo económico determinó la evolución de la conciencia: “El tener su suministro de víveres más
asegurado (…) introdujo un elemento
de estabilidad psicológica, además de física, en sus relaciones personales y
sociales. La base entera de su existencia se alteró radicalmente, con
consecuencias que nos afectan todavía en el siglo XX” (Cameron, Rondo, Historia económica mundial…, p. 47).
A
propósito de la moneda, es de resaltar el valor simbólico de la misma: la
moneda representa la riqueza, así como la seguridad física y espiritual
proyectada hacia el futuro, que la riqueza trae aneja.
De
allí su importancia, más allá de su significado real: “Dinero (…), en sentido
jurídico, eran los billetes y monedas emitidos por el Banco Central de Venezuela
y que sirven como medio para extinguir una obligación pecuniaria” (Rodner
S., James-Otis, El dinero: La inflación y
las deudas de valor. Editorial Arte. Caracas 1995, p. 220).
Por
extensión, el valor simbólico del dinero, para bien o para mal, alcanza a los
emisores del mismo. “La actividad
económica depende de la fe y la confianza. Y al ser la moneda el símbolo de la
fortaleza del aparato económico y de la integridad nacional, la inflación es en
primer lugar el resultado de la pérdida de confianza de la población en la
capacidad de su dirigencia para mantener dicha integridad. Es una falta de fe
en el símbolo utilizado para medir y valorar los logros de la sociedad”
(Capriles, Axel M., El complejo del
dinero. El Nacional, 2ª edición. Caracas 2012, p. 112).
III
En
tiempos del emperador Diocleciano (s. III d. C.), fundador del “Dominado”, en vez del uso de dinero, los
impuestos se pagaron en especie, y aunque tal medida y otras muy radicales
rindieron frutos al principio, terminaron perjudicando el comercio, uno de los
principales pilares del Imperio.
Por
su parte los chinos, fueron los primeros en usar papel-moneda, y no estuvieron
exentos de sufrir ciclos de inflación y colapso monetario. Pero a diferencia
del moderno “Occidente”, las ventajas del mercado chino de entonces se limitaron
a unos pocos privilegiados, pues la gran mayoría de la población, por ser
excesivamente pobre, estuvo excluida del comercio y su acción benéfica.
Hace
apenas unas décadas, ante la debilidad del Estado y la falta de emisión de
dinero, los particulares acuñaron monedas (fichas de hacienda) y los bancos
billetes.
En
nuestro tiempo, la pérdida de valor del dinero o inflación de los precios, ha
sido uno de los grandes fantasmas de las economías estatales (hiperinflación de
la República de Weimar, o de los países latinoamericanos durante la década de
los 80), lo que produjo doctrinas económicas como el monetarismo (Friedman) y
la creencia de que el simple control de la expansión monetaria, puede reducir
la inflación.
Recapitulando
lo dicho hasta ahora:
A.
La libertad del hombre ha sido potenciada por el desarrollo del comercio.
B.
El comercio está directamente relacionado al uso del dinero.
C.
El dinero, sobre todo el dinero en papel o papel-moneda, depende del prestigio
del emisor.
D.
La pérdida de valor de la moneda, es “resultado
de la pérdida de confianza de la población en la capacidad de su dirigencia”
(Capriles).
E.
Un colapso monetario afecta el comercio y, en definitiva, la libertad del
hombre.
IV
El
14 de diciembre de 2016, en Venezuela se sacó de circulación gran parte del
papel-moneda, en lo que se dio en llamar: la “desmonetización del billete de
100 bolívares” (Decreto de la Presidencia de la República número
2.589, publicado en Gaceta Oficial Extraordinaria número 6.275 del 11 de
diciembre de 2016). Durante pocos días se redujo drásticamente la masa
monetaria del país, sin contar con los billetes que repondrían la cantidad de
dinero circulante extraída de la economía.
Aunque
las razones del experimento aún no son muy claras, oficialmente se enmarcó en la
supuesta lucha contra grupos delictivos ubicados más allá de las fronteras que
cambiaban el bolívar a una tasa atractiva, a fin de extraer el dinero del país
y provocar artificialmente inflación, devaluación y desestabilización política
(¿“guerra económica”?).
Según
Stiglitz, en Economía no existe la posibilidad de hacer experimentos (Stiglitz,
Joseph E. El precio de la desigualdad: El
1% de la población tiene lo que el 99% necesita. Traducción de Alejandro
Pradera. Taurus. 2ª edición. Madrid 2012, p. 323)
La
tentativa fue abortada 72 horas después (17 de diciembre), pues el caos (paralización
del comercio) y los desórdenes producidos en gran parte de la geografía
nacional (asesinatos, saqueos, incendios, et
cetera) amenazaron gravemente la paz social.
En
el ínterin, los sistemas públicos de transporte fueron gratuitos y se propuso
la creación de carnets, así como el uso de tecnología china a través de teléfonos
móviles, para permitir a la población de escasos recursos el acceso a los
programas sociales mantenidos por el gobierno (de alimentación, de vivienda, et cetera). Paradójicamente, durante las
horas que duró la “desmonetización”, los más expuestos fueron los más pobres.
Independientemente
de los inverosímil de la justificación oficial para la desmonetización de la
economía y las dificultades operadas en el comercio en días previos a las
fiestas decembrinas, la población sintió amenazada su libertad de disponer del
dinero fruto de su trabajo (bien fuera mucho o poco) y el inminente
sometimiento total al Estado, eventualmente único proveedor de los bienes
indispensables para la vida.
Una
posible explicación de la acción gubernamental es la desesperada lucha contra
la inflación (en Venezuela el Banco Central está sometido al Ejecutivo a partir
de la sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia
número 1.115 del 16 de noviembre de 2010. Asimismo, el Presidente de la
República cuanta con plenos poderes en materia económica, de conformidad con lo
dispuesto en el cuestionado Decreto número 2.452 del 13 de septiembre de 2016,
mediante el cual se declara el “Estado de Excepción y Emergencia Económica” en
todo el territorio nacional, prorrogado mediante Decreto número 2.548 del 13 de
noviembre de 2016).
Se
calcula que en 2016 Venezuela alcanzará la mayor inflación del planeta, y la
maniobra de la desmonetización resultó contraproducente, el remedio fue peor
que la enfermedad.
V
El
Estado existe para garantizar la felicidad (igualdad, libertad, et cetera) de sus ciudadanos: “…en condiciones normales de funcionamiento,
la sociedad humana del presente se halla dominada por la aspiración de
conseguir un bienestar material siempre creciente. Más todavía, vista la
sociedad desde esa perspectiva, lo político y el Estado adquieren un carácter
al que cabe denominar heterónomo, valga decir, dependiente de la práctica
social que hace posible la satisfacción
de dichas aspiraciones materiales” (Baptista, Asdrúbal, Itinerario por la Economía Política.
IESA, 1ª reimpresión. Caracas 2012, p. 328).
Para
atacar los males de la sociedad, cualquiera que estos sean, una dirigencia no
puede seriamente sacrificar su razón de ser para obtener resultados. También en
economía, el fin no justifica los medios.
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