lunes, 15 de enero de 2018

“Orden, unidad y aguantar”

Orden, unidad y aguantar”


Por:
Jorge Octaviano Castro Urdaneta*


En ese informe hay una frase que es maravillosa porque es la mejor definición del régimen. Dice Carrero: "¿Qué es lo que tiene que hacer su Excelencia?", y pone, dos puntos: "Orden, unidad y aguantar". Y a mí me parece todo perfecto, sobre todo el verbo final "aguantar". Javier Tusell.


Toda pretensión de contextualizar y pretender ofrecer reflexiones objetivas sobre situaciones extremas, es condicionada por la situación del sujeto objeto del  infortunio que lo arropa o afecta.

Así, el agente policial que informa que en una acción represiva para el resguardo del orden público se contabilizaron tres bajas en un enfrentamiento, expone desde sus intereses –por las eventuales consecuencias de sus acciones–, en ese caso es cierto que existen tres muertos, objetivamente se le arrebató la vida a tres personas, pero en ese relato falta algo, ese mismo hecho contado desde la perspectiva del grupo cercano a los afectados, puede evidenciar un ajusticiamiento o el uso debido de la fuerza ante ataques de antisociales.

En política igualmente, la justificación de las decisiones tiene mucho de aparente objetividad, pero al igual que en el caso del policía, es en los detalles de las circunstancias que envuelven determinada acción o reacción, donde encontramos los elementos necesarios para establecer la eficacia y justificación de las mismas, su moralidad o conformidad a derecho.

En general, cuando se hace mención al ejercicio del poder entendido como la “capacidad de un sujeto para influir, condicionar, determinar el comportamiento de otro sujeto”, y particularmente, en lo que se refiere al resguardo de la titularidad de esa capacidad, es cuando se entiende en palabras de Bobbio, como “el hombre político maquiavélico” que ejerce la fuerza del poder por el poder mismo, convierte la política en una relación amigo-enemigo, cuya función primordial es “aunar y defender a los amigos y de dispersar y combatir a los enemigos”, lo que se traduce en la máxima “vita mea tua morte” (Bobbio, Norberto. Teoría General de la Política. Trotta, Madrid, 2005, pp. 186-188 y 755).    

En ese contexto, es importante recordar experiencias históricas sobre los medios para mantenerse en el poder, que ilustran el alcance de esas pretensiones, un ejemplo contemporáneo puede encontrase en la España de Franco, particularmente con la actuación del Almirante Luis Carrero Blanco.

Carrero Blanco fue oriundo de Santoña (Cantabria), llegó a la cúspide de la dictadura franquista, no por méritos militares en batalla y sí por su habilidad para conseguir apartar a todos aquellos que estorbaban a su ascenso, además de una servil exaltación de Franco: "Caudillo, Monarca, Príncipe y Señor de los Ejércitos" y sobre todo una claridad absoluta en cómo mantener al gobierno en el poder. Para esto último, su fórmula se resume en la frase “Orden, unidad y aguantar”:

“…‘Orden, unidad y aguantar’ frente a los enemigos externos y ‘buena acción policial para prevenir cualquier subversión’ interna. En un discurso ante el Estado Mayor en abril de 1968, advirtió ‘que nadie, ni desde fuera ni desde dentro, abrigue la más mínima esperanza de poder alterar en ningún aspecto el sistema institucional, porque aunque el pueblo no lo toleraría nunca, quedan en último extremo las fuerzas armadas’…” (Casanova, Julián. Cuarenta Aniversario del asesinato de Carrero Balnco. El guardián del orden de Franco. En su vida política y en su relación con el dictador, Carrero Blanco se inventó su personaje, consultado el 10 de diciembre de 2018, en:  https://elpais.com/diario/2003/12/14/domingo/1071377556_850215.html).

Un pensamiento si se quiere atemporal para el ejercicio totalitario del poder, que comporta que es “moral y lícito” imponerse por el terror, si este se fundamenta en la justa causa de continuar en el poder y evitar un mal mayor; el que sea, desde el avance del terrible comunismo o al triunfo del vil capitalismo, alzando las banderas de la igualdad o la segregación, afirmándose liberal o conservador; lo importante es fijar un enemigo verdadero o ficticio con el cual se debe luchar incansablemente todos los días, ya que no es posible derrotarlo de forma inmediata sino tan sólo contenerle.

En esa contención se debe ir la vida de toda la sociedad, el hambre, la miseria, los trabajos forzados, la guerra, el genocidio, es poco sacrificio cuando la lucha es por ideales; cuáles, los que sean necesarios sostener y permitan reafirmar la lucha contra el enemigo, que no es otra cosa que la encarnación del mal, cuya existencia y negatividad no es posible cuestionar, sin convertirse en el cíclope que lucha contra héroe que detenta el poder, que por lo demás está predestinado (él o sus herederos) en algún momento a salir triunfante.

Los ejemplos de sacrificios son capitales, la idealización del martirio debe tener un efecto ejemplarizante y multiplicador; como llorar la muerte de un hijo si se tiene presente el asedio al Alcázar de Toledo. En un episodio que “raya en el mito”, se relata:

“Dos días después de haberse declarado el estado de Guerra desde una plaza numantina, sonó el teléfono en la centralita del Alcázar; la llamada más controvertida de la historia de España. El jefe de las milicias de Toledo, Cándido Cabello, pidió hablar con el coronel Moscardó:

·        Jefe de Milicias: Son Uds. responsables de los crímenes y de todo lo que está ocurriendo en Toledo, y le doy un plazo de diez minutos para que rinda el Alcázar, y de no hacerlo fusilaré a su hijo Luis que lo tengo aquí a mi lado.
·        Coronel Moscardó: ¡Lo creo!
·        Jefe de milicias: Y para que veas que es verdad, ahora se pone al aparato.
·        Luis Moscardó Guzmán: ¡Papá!
·        Coronel Moscardó: ¿Qué hay, hijo mío?
·        Luis Moscardó Guzmán: Nada, que dicen que me van a fusilar si el Alcázar no se rinde, pero no te preocupes por mí.
·        Coronel Moscardó: Si es cierto encomienda tu alma a Dios, da un viva a Cristo Rey y a España y serás un héroe que muere por ella. ¡Adiós, hijo mío, un beso muy fuerte!
·        Luis Moscardó Guzmán: ¡Adiós, papá, un beso muy fuerte!
·        Vuelve a coger el aparato Cándido Cabello.
·        Coronel Moscardó: Puede ahorrarse el plazo que me ha dado y fusilar a mi hijo, el Alcázar no se rendirá jamás.

Recogida en 'El Alcázar de Toledo. Final de una polémica' de Alfonso Bullón de Mendoza y Luis Eugenio Togores.
A Luis Moscardó no le fusilarían en los diez minutos siguientes, ni diez horas después. Lo harían el 23 de agosto junto a una saca de otros sesenta presos de Toledo. La conversación, la heroicidad de Moscardó y la vileza de los milicianos se convirtieron en uno de los hitos del bando nacional” (Martín Alarcón, Julio. Sin novedad en el Alcázar de Toledo: la victoria que hizo dictador a Franco. Consultado el 10 de enero de 2018, en la página web: http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2016/09/27/57e919e9ca4741352d8b4637.html).

Así, en el conflicto por el poder, aquellos alienados por el discurso desde la posición hegemónica o la subversión se enorgullecerán por los sacrificios sufridos, conmemorarán la muerte de sus seres queridos y exigirán la solidaridad en las inmolaciones; los timoratos  llorarán al margen y en silencio sus pérdidas materiales y espirituales; y finalmente, los irreverentes sentirán todo el peso del martillo del poder, que golpe a golpe querrá moldearlos o resquebrajarlos.

En ese contexto, todos los grupos bien sea en el marco de la lucha violenta o en la opción reformista dentro del sistema (Bobbio), parecen optar en palabras del Almirante Luis Carrero Blancopor aguantar; respecto a lo cual, siempre hay que tener presente, que sólo luego de las inmensas presiones en una forja es posible templar el acero, que en definitiva es el paso previo para convertir el basto metal en una fría arma mortal, tan útil para castrar un pueblo como para degollar a quienes detentan el poder, de lo primero dan fe la familia de Kim Il-sung en Corea del Norte, de lo último Nicolae y Elena Ceaușescu.  


En los conflictos sociales todos los bandos exigen orden y unidad, queda saber cuánto y quiénes aguantarán…

*Abogado egresado de la U.C.A.B., Especialista en Derecho Administrativo U.C.V.