martes, 24 de mayo de 2016

Obsesión


OBSESIÓN*


Valgámonos de la fantasía,
para poder dominar.

Riamos de las cosas serias,
lloremos por lo banal.

Hagamos del progreso la excusa,
para con la naturaleza acabar.

Hagamos hombres de mujeres
y de la tierra la mar.
  
Unámonos en torno al acuerdo
de la libertad respetar.

Digamos que poder es respeto
y riqueza dignidad.

Convirtamos la fuerza en derecho
y el derecho en vanidad.

Digamos que el humano es persona,
que es sujeto singular.

Digamos que no es el tráfico,
sino la prohibición el mal.

Digamos que guerra es industria
y comercio libertad.

Calumniemos al bueno, al justo,
haciéndolo olvidar.

Hagamos del pastor un lobo
y del rebaño un tropel.

Ensalcemos al malo y al injusto,
mostrando sensibilidad.

Matemos a palestinos,
hagamos un templo a Baal...


Emilio Spósito Contreras

* “La obsesión es en substancia una serie de tentaciones más violentas y duraderas que las ordinarias. Es externa cuando actúa sobre los sentidos externos, por medio de apariciones; e interna cuando provoca impresiones íntimas. Es raro que sea solamente externa, dado que el demonio no actúa sobre los sentidos sino para perturbar más fácilmente al alma. Hay, sin embargo, santos que por el hecho de ser obsesionados exteriormente por toda clase de 'fantasmas', conservan en el alma una paz inalterable” (TANQUEREY, Adolphe, Compendio de Teología Ascética y Mística. Livraria, Apostolado de la Prensa, 4ª edición. Porto 1948, p. 858).

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