jueves, 30 de junio de 2016

Caracas


Caracas

De la trompa de la danta
fue sembrada en el vergel,
la semilla de una planta
destinada a florecer.

Poco a poco y con sangre
fue regada hasta crecer,
y ser cuna de Francisco,
Andrés, Simón y Samuel.

Una noche, tras la lluvia,
como un gran hongo emergió,
y de villa, sucia y fea,
en ciudad se convirtió.

La llamaron primavera, paraíso…
desconociendo que en el fondo,
formó un hueco, una cueva,
que la hace estremecer.

Es la casa de una bruja
caprichosa, fiera, hostil…
que en las tardes se divierte
conjurando febrero o abril.

Emilio Spósito Contreras

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