Emilio Spósito
Contreras
LA FAMILIA CONTRA LA VIOLENCIA
I
El individuo,
el ciudadano, rara vez se encuentra como tal en la vida social. A quien
llamamos ciudadano, normalmente lo encontramos inmerso en grupos sociales– organizaciones
humanas intermedias entre el individuo y el Estado–, tales como los partidos
políticos, los sindicatos, las asociaciones civiles, etc., pero sobre todo, en
el grupo natural denominado familia.
Entenderemos
por familia, el conjunto de personas vinculadas por lazos afectivos, morales y
jurídicos, en virtud del establecimiento de una pareja que tiene como finalidad
la procreación y crianza de la prole.
Se señalan
como sujetos (activos y pasivos) de la violencia a las personas individualmente
consideradas –v. gr. se habla de números de homicidios por cada cien mil
habitantes–; y a los grupos de personas, tales como facciones, bandas… o los
propios Estados, pero nunca a las familias.
En cuatro artículos
revisados, correspondientes a estudios en diferentes países latinoamericanos
(Chile, Colombia, México y Venezuela), subrayaremos los actores de la violencia
destacados (pasivos y activos) y las soluciones dadas a la misma.
Proponemos, una
relectura de los artículos y sus propuestas considerando a la familia actora de
la violencia, como mecanismo para una mejor comprensión y solución del problema
de la violencia en nuestras sociedades. Veamos:
II
El artículo
332 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece la
competencia del Ejecutivo Nacional, concurrente con los Estados y Municipios,
en (i) restablecer y mantener el orden público; (ii) proteger a los ciudadanos,
hogares y familias; (iii) apoyar las decisiones de las autoridades competentes;
y, (iv) asegurar el pacífico disfrute de las garantías y derechos
constitucionales, de conformidad con la ley.
Para lo cual,
organizará (i) un cuerpo uniformado de policía nacional; (ii) un cuerpo de
investigaciones científicas, penales y criminalísticas; (iii) un cuerpo de
bomberos y administración de emergencias de carácter civil; y (iv) una
organización de protección civil y administración de desastres.
De la
redacción de la norma destaca la protección de las familias a la par de los
ciudadanos y sus hogares. No obstante, no es usual en la doctrina al respecto
existente en Venezuela o en Latinoamérica, encontrar referencias a la familia
como sujeto de la violencia. A continuación algunos casos doctrinarios:
Caso I. Democracia
y seguridad ciudadana en Chile, de Enrique Oviedo: En el artículo el autor
identifica a los siguientes actores de la violencia: el Estado y sus
manifestaciones, tales como gobiernos municipales, Carabineros y Policía de
Investigaciones de Chile; y los individuos o ciudadanos. También identifica,
pero como escenarios de la violencia, a la familia y la sociedad.
En cuanto al
problema y sus soluciones, se plantea que a pesar de la baja tasa de violencia
experimentada en Chile, existe una alta percepción de ésta, que en lo público estimula
una opinión generalizada a favor de medidas represivas, y en lo privado la toma
de medidas de seguridad de bienes y personas. Como solución se propone cambiar
el tratamiento comunicacional y político del tema.
Caso II. La
política de seguridad urbana en Colombia. El caso de Medellín, 2006-2011,
de Pablo Emilio Angarita Cañas: En este caso, los actores de la violencia son
los ciudadanos, el municipio, bandas delincuenciales, grupos narcotraficantes.
Como estrategia de intervención se señala la “promoción de la convivencia
familiar”, en la cual la familia es un ámbito de acción. El autor propone el
enfoque humano (“Seguridad Humana”) como alternativo al “securitario” o
represivo, destacando la protección de los derechos humanos y la aplicación de
medidas socio preventivas.
Caso III. La
participación de los ciudadanos en la seguridad pública en México. Algunas
reflexiones sobre el impacto limitado y los retos de la participación ciudadana
organizada en el campo de la inseguridad, de José Alfredo Zavaleta
Betancourt: Los actores de la violencia son los individuos, organizados como
grupos de participación, y el Estado, en sus diversas manifestaciones (Fuerza
Armada y policía). Se propone la participación de la sociedad civil organizada
como mecanismo de gestión y control de la inseguridad.
Caso IV. La
izquierda y la seguridad. Discursos y estrategias de seguridad ciudadana
durante el gobierno bolivariano, de Andrés Antillano: En este caso, el
autor titula un capítulo como “Los actores de la seguridad”, en el cual destaca
al Estado (gobierno nacional y gobiernos locales) y a la comunidad organizada.
En el trabajo se plantea la responsabilidad de los gobiernos populistas en la
generación de la violencia cuando se vincula a sus causas principales: pobreza
y desigualdad, y la utilización del tema como instrumento de lucha política de
la oposición a tales tipos de gobierno.
Ahora bien,
coloquemos a la familia como actora en materia de seguridad, más allá de los
individuos que la conforman y que solos se encuentran incompletos; normalmente
como víctimas de la violencia, pero también, a semejanza de lo que pasa en el
tema educativo, como instancia a tomar en cuenta en las políticas públicas para
la solución del problema, y veamos que ocurre:
Los problemas
en la familia generan violencia a sus integrantes y a la sociedad que sirven de
base. En tal sentido, la familia debe ser considerada en sí misma, como victima
de la violencia y como agente de ella. La familia juega un importante papel, no
sólo en lo social, sino en lo educativo, lo económico y hasta en lo político,
por lo que es comprensible que sea indispensables su consideración en las
políticas públicas contra la violencia, así como que la familia considere su
participación en temas que le atañen, como el de la seguridad.
III
Ha sido una
constante en los estudios de la violencia, considerar al individuo, a la
sociedad y al Estado como actores de la seguridad, obviando a la familia. En un
Estado de individuos, desestructurado, la violencia es expresión de la pobreza,
la desigualdad o los abusos de los agentes del Estado.
Pero no se da
en la realidad la dicotomía individuo-Estado, sino que el hombre se presenta
inmerso en múltiples agrupaciones humanas, entre la que destaca, por natural,
la familia. Visto así, entre el individuo y el Estado, se encontraría la asociación
familiar, que en su papel de mediadora, semillero de la ciudadanía, es capaz de
matizar la pobreza, la desigualdad y la injusticia y, en consecuencia, de
evitar o disminuir la violencia.
En tal
sentido, las políticas públicas en materia de seguridad deben contemplar a la
familia como sujeto de la violencia, en cuanto víctima y posible agente de
violencia por dificultades internas. Asimismo, las familias, fortalecidas,
deben participar en la toma de decisiones en esta materia, como participan en
el tema económico o educativo, a fin de poner al servicio de las familias, la
acción pública en materia de seguridad, con seguras consecuencias en lo que
respecta a la protección de los derechos humanos.
BIBLIOGRAFÍA
ANGARITA CAÑAS, Pablo Emilio, La política de seguridad urbana en
Colombia. El caso de Medellín, 2006-2011. En AA.VV., La inseguridad y la
seguridad ciudadana en América Latina. José Alfredo Zavaleta Betancourt,
Coordinador. Colección Grupos de Trabajo. CLACSO. Buenos Aires 2012, pp.
259-301.
ANTILLANO, Andrés, La izquierda y la seguridad. Discursos y
estrategias de seguridad ciudadana durante el gobierno bolivariano. En
AA.VV. La inseguridad y la seguridad ciudadana en América Latina. José
Alfredo Zavaleta Betancourt, Coordinador. Colección Grupos de Trabajo. CLACSO.
Buenos Aires 2012, pp. 179-203.
OVIEDO, Enrique, Democracia y seguridad ciudadana en Chile. En
AA.VV., Violencia, sociedad y justicia en América Latina. Roberto
Briceño-León, Compilador. Colección Grupos de Trabajo. CLACSO. Buenos Aires 2003,
pp. 313-338.
ZAVALETA BETANCOURT, José Alfredo, La participación de los
ciudadanos en la seguridad pública en México. Algunas reflexiones sobre el
impacto limitado y los retos de la participación ciudadana organizada en el
campo de la inseguridad. En AA.VV., Seguridad en democracia. Un reto a la violencia en América Latina. Alejo Vargas
Velásquez (Coordinador). Colección
Grupos de Trabajo. CLACSO. Buenos Aires 2010, pp.
43-67.
Hola, buenas noches. Escribí al correo que me indicaron para recibir información sobre el Libro: Nuestra Señora de Belén devoción del Libertador Simón Bolívar y aún no he recibido respuesta. Gracias.
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