Tatiana Alexeeva*
FRANCISCO DE
MIRANDA EN RUSIA [1]
Publicado en AA. VV., La Sociedad
Bolivariana: Encuentro universal. Ediciones
de la Sociedad Bolivariana
de Venezuela. Edición a cargo de Natalia Boza Scotto y Emilio Spósito Contreras.
Sociedad Bolivariana de Venezuela. Caracas 2010, pp. 7-12.
Sumario: - 1. Preparación
para el viaje. - 2. Estancia en Rusia. - 3. Persecuciones españolas. - 4. Las
razones de la ayuda rusa.
1. Preparación para el viaje
Es conocido que el 15 de
diciembre de 1784, Francisco de Miranda comenzó su viaje desde
los Estados Unidos hacia Inglaterra, en la nave “Neptuno”. Tenía la
tarea de lograr ayuda y apoyo para la idea de la independencia de la América Hispánica.
Aparte de Inglaterra visitó varias ciudades de Holanda y Prusia, así como las
ciudades de Praga y Viena; también ciudades italianas: Venecia, Verona, Mantua,
Parma, Modena, Boloña, Florencia, Pisa, Livorno, Siena, Viterbo, Roma, Nápoles.
El 20 de marzo partió desde Barletta, para Ragusa, en Dalmacia.
Los contactos de Francisco de
Miranda con los rusos empezaron en Dalmacia, república adriática que mantenía
relaciones con Rusia. En Ragusa, en abril, una de las cartas de recomendación
lo relacionó con el vicecónsul local del Imperio Ruso, Stepan Yampolskiy.
Obviamente era el primer ruso conocido por el Precursor, a quien llamó la
atención el Imperio ruso, su historia y su posición en el mundo. Se pueden
encontrar dos tipos de explicaciones sobre el impulso y el interés de Miranda
en el viaje por el Imperio ruso. El historiador M. Alperovich anota que “no vale la pena que destaquemos el interés
políticamente razonable”. Aunque, por lo que considera este investigador,
Yampolskiy y Miranda no sabían nada de la confrontación entre Rusia y España en
la parte occidental de la
América del Norte, que había crecido en ese momento [2]. Por
el contrario, otro historiador, J. Lavretzkiy (Grigulevich) [3], creó la hipótesis
del conocimiento de que “los rusos que
rivalizan con los españoles en América, tenían factorías a lo largo de toda la
costa del pacífico, desde Alaska hasta San Francisco, debiendo estar
interesados en la independencia de las colonias españolas, que les ofrecería la
posibilidad de un mayor avance hacia el sur” [4].
Al visitar Grecia, Miranda llegó
al Imperio otomano y el 30 de julio, al corazón del mismo, Estambul. Allí,
desde mediados de agosto de 1786, Miranda se dedicó mucho a preparar su viaje a
Rusia. Tenía entrevistas con el Embajador del Imperio ruso, Yakov I. Bulgakov,
a quien era recomendado por Yampolskiy. Se puede sospechar que un diplomático
con tanta experiencia como lo era Bulgakov, hablara con el venezolano sobre el
interés del gobierno de Catalina II en algunos aspectos de las relaciones
internacionales, también en América, e informó a éste del viaje de la Emperatriz a Crimea
(Tavrida). El mismo Bulgakov le entregó las cartas de recomendación para que
los oficiales rusos lo recibieran con especial atención, además del pasaporte
necesario para poder llegar a Rusia.
El 23 de agosto de 1786,
Miranda, con un pasaporte a nombre del Conde de Miranda, entregado por el
Embajador del Sacro Romano Imperio, se embarcó, acompañado por el coronel norteamericano
John Smith, hacia Kherson, puerta meridional de Rusia que se ubicaba a orillas
del río Dnepr. En la frontera, Miranda, como todos los viajeros, tuvo que pasar
40 días de completo aislamiento, medida tomada por las autoridades rusas contra
la viruela negra y otras epidemias extendidas en el Imperio otomano.
2. Estancia en Rusia
Miranda pasó casi un año en el
Imperio ruso: desde el 26 de septiembre de 1786 hasta el 7 de septiembre de
1787. Hizo un viaje largo, de más de cuatro mil kilómetros: desde el sur hasta
San Petersburgo. Podemos destacar cuatro períodos de su viaje:
1. Cuatro meses y medio de
estancia en Kherson y de viaje por la península de Crimea (del 26 de septiembre de 1786 a principios de febrero
de 1787);
2. Tres meses de estancia en
Kiev y de viaje hacia Moscú (del 7 de febrero al principio de mayo de
1787);
3. Un mes en Moscú (del 11 de
mayo hasta los primeros días de
junio de 1787);
4. Casi tres meses en San
Petersburgo (del 14 de junio al 18 de septiembre de 1787).
¿A qué se dedicó Francisco de
Miranda en Rusia? Primero, como en otros lugares, se dedicó a perfeccionarse
culturalmente. En cualquier lugar visitaba monumentos, casas y palacios
históricos, de significación cultural y religiosa; aprendía la vida cotidiana
de la población rusa. Segundo, como militar, estudiaba las fortificaciones,
organización militar y funcionamiento de la armada del Imperio. Tercero, lo
principal, fundó y mantuvo contactos con los nobles rusos, particularmente
militares, que conoció gracias a las cartas de recomendación, y luego con las
presentaciones de otros rusos. En Kherson, unos de los primeros fueron el Gobernador
General, mayor A. Viazemskiy; el conde Dolgorukiy, y otras personas importantes
que estaban al servicio de la Emperatriz. Francisco de Miranda entabló amistad
con A. Suvorov, el famoso estratega militar. Más tarde, en febrero de 1787,
Miranda llegó a Kiev para permanecer allí durante tres meses al lado de la
corte rusa. Conoció al Encargado de Negocios Extranjeros, el príncipe Bezborodko;
al Ministro de la Corte ,
el príncipe I. Shuvalov; al mariscal Rumiantsev; al viceministro del
Almirantazgo Chernishov; y al favorito y nuevo oficial de Catalina II,
Alejandro Mamonov, así como a Embajadores del Sacro Romano Imperio y
representantes diplomáticos de Inglaterra, Francia y Prusia.
En Moscú, se relacionó con los
aristócratas moscovitas; en San Petersburgo, con la nobleza de la capital, con
el hijo de Catalina II, el futuro emperador Pablo I, y con su mujer Maria
Feodorovna; también con Osterman, el viceministro de los asuntos exteriores.
Los principales y básicos contactos
que hizo Francisco de Miranda, fueron con Catalina II y con G. Potiomkin. El 30
de diciembre de 1786, Miranda fue presentado en Kherson al príncipe Potiomkin,
el poderoso favorito de la
Emperatriz , distinguida persona en la historia rusa. Desde
este momento Potiomkin demostró su respeto al venezolano y su interés en
conversaciones políticas con este militar y viajero. El 4 de enero, Francisco
de Miranda fue invitado por Potiomkin a viajar a Crimea (Tavrida). El viaje
duró casi un mes. Diariamente, durante el camino, Miranda sostuvo largas
conversaciones con el príncipe; hablaban sobre la situación internacional,
especialmente sobre la política exterior de Francia, Inglaterra y los Estados
Unidos. Después de su regreso a Kherson, Potiomkin lo invitó a Kiev, donde
debía llegar la Emperatriz.
El 14 de febrero de 1787,
Miranda obtuvo en Kiev una audiencia con Catalina II. Desde ese momento, la Emperatriz le invitó a
almorzar y cenar. Francisco de Miranda formó parte en las fiestas y actos
públicos y privados de la corte. La zarina le demostró siempre su cariño y
atención.
Uno de los embajadores
extranjeros anotó, en una carta a sus jefes, que Miranda mantenía contactos muy
amables y agradables con la corte y con diplomáticos [5]. Segur, el embajador
de Francia, escribió que durante un período muy corto, el venezolano había
logrado la atención de la zarina, “aunque
unos extranjeros importantes no le habían llamado la atención a la Emperatriz”
[6].
3. Persecuciones españolas
Puedo destacar dos momentos de
la reflexión de la
Emperatriz rusa sobre las persecuciones contra Miranda por
parte de los españoles. A finales de marzo de 1786 en Kiev, la zarina recibió
las noticias de que Miranda era perseguido por el Gobierno madrileño, avisado
de su lugar de estancia en Rusia. Catalina II, al recibir la información de la
amenaza, propuso, a través de A. Mamonov e I. Shuvalov, que el venezolano se
quedara en Rusia. Miranda anotó en su diario, el 29 de marzo de 1787: “por el camino [Shuvalov] me persuadía de que no volviese a mi tierra
y que me quedase a vivir con él en Petersburgo, que me arreglaría muy buen
alojamiento en su propia casa, etc., etc. Yo le di mil gracias por su buen
deseo y cariño […]. Mamonov […] dijo que la Emperatriz le había
encargado me significase quería que yo me quedase con ellos. Pues temía que en
mi país no me tratasen bien, etc. Yo le respondí que nadie seguramente amaba
más a la Emperatriz
que yo, ni era más sensible a su real bondad, mas que me hallaba en tales
circunstancias en el día, que hacían las cosas casi imposible. Que finalmente
yo se lo comunicaría bajo inviolable secreto, para que informase a Su Majestad y
que haría lo que a ella le pareciese justo” [7].
Más tarde, y mientras la corte no estaba en
la capital, los españoles insistieron en su actividad de perseguir a Miranda,
durante su estancia en San Petersburgo. El Encargado de Negocios de España en
la capital rusa, Pedro de Macanaz, avisaba a todo el mundo que Miranda era un
pensador liberal, traidor; que no era ni conde, ni coronel, sino un capitán
degradado del ejército español, condenado a diez años de presidio. El grado de
teniente coronel nunca había sido confirmado por Madrid. Macanaz, apoyado por
los diplomáticos de otros reinos borbónicos, elevó al gobierno ruso su protesta
por el amistoso trato dispensado a Miranda en los medios oficiales.
Al regresar a la capital,
Catalina II recibió a Miranda (el 18 de julio) y le propuso que usara el
uniforme de coronel del ejército ruso. El 8 de agosto, la zarina recibió
nuevamente a Miranda, en las dependencias privadas del Palacio de Invierno, y
le formuló de nuevo personalmente una propuesta para que se quedara en Rusia.
El Precursor se negó debido a la lucha por la independencia.
Como consecuencia de esta
entrevista, Biezborodko entregó dinero a Miranda, el gobierno ruso se encargó
de pagar sus deudas en San Petersburgo, le entregaron cartas de recomendación
para los representantes diplomáticos rusos en Viena, París, Londres, La Haya , Copenhague, Estocolmo,
Berlín y Nápoles, en las que, en nombre de Catalina II, se les ordenaba prestar
toda clase de apoyo y ayuda al conde Francisco de Miranda.
4. Las razones de la ayuda rusa
¿Para qué llegó Miranda a Rusia?
Para conocer el país y sus costumbres, para encontrar el apoyo posible a sus
planes. ¿Por qué fue aceptado y apoyado por el más alto nivel de la nobleza
rusa? Muchos extranjeros pasaron por Rusia, pero Miranda consiguió una atención
muy especial. Los historiadores rusos han expresado tres opiniones.
La primera, muy romántica: sobre
las relaciones privadas entre Catalina II y Francisco de Miranda, de las cuales
no existen pruebas [8].
La segunda opinión tiene el nombre
de “tesis de Miroshevskiy”. El historiador soviético Miroshevskiy, opinó [9], y
J. Grigulevich (Lavretskiy) le secundó, que “los intereses de España y Rusia chocaban” en la región nórdica del
océano Pacífico y también en Europa. España, aliada con Francia, y a semejanza de
ésta, ofrecía resistencia a los planes de Rusia de desplazar a Turquía de sus
posesiones europeas [10]. Según la opinión de estos autores, “en 1787, Rusia tuvo el propósito de enviar a
Miranda, con una expedición, a la región norte del Pacífico. De modo que, con
base en Kamchatka, Miranda hubiera podido emprender la lucha para liberar a las
colonias españolas” [11]. Pero tampoco hay pruebas sobre esta tesis.
En su diario relativo a Rusia,
Francisco de Miranda anotó que odiaba la política colonial de España; pero
guardó silencio acerca de su deseo de liberar a su patria. Sin embargo, dos
notas del diario nos muestran que el Precursor informó a Mamonov, conversando
con él, y otra vez por carta a Catalina II, sobre sus planes para liberar a su
patria. Pero siempre con precaución mencionó “el asunto”. El 12 de abril de 1787 escribió: “Hablamos con sigilo de nuestro asunto y le di las razones por qué no
aceptaba por ahora la oferta que me hacía Su Majestad de quedarme a su
servicio. Me oyó con sumo gusto y me ofreció respuesta para por la noche,
durante la cena, significándome sin embargo, que lo hacía mal, al no admitir la
oferta de la Emperatriz
(...)”. También, Francisco de Miranda tomó notas de la opinión de A. Mamonov “de que [a la Emperatriz ] le parecía muy bien mi modo de pensar y que me
daría su Protección Imperial en todas partes del mundo” [12]. El 15 de
agosto de 1787, el venezolano mandó la carta a Catalina II: “Solamente un gran e interesante asunto como
el que me ocupa actualmente, sería capaz de hacerme diferir el agradable y
dulce placer de poder, por mis servicios, pagar en parte lo que debo a la
benevolencia de Vuestra Majestad, y de compartir con sus súbditos las ventajas
inestimables e insignes de que goza la sociedad bajo el ilustre y glorioso
reinado” [13].
El investigador M. Alperovich
propuso la tercera opinión, de la ayuda de carácter personal [14]. Francisco de
Miranda era considerado por los rusos una persona muy gentil y comunicativa.
Era muy culto y muy bien preparado. Tenía una biblioteca inmensa, sabía hablar
otros idiomas y traducir del griego y del latín. El Precursor viajaba mucho,
conocía personas famosas de su tiempo, que no solamente eran políticos. La
atención de Catalina II a las personas del “Siglo de las Luces” es bien
conocida, y Miranda era un viajero de personalidad extraordinaria.
Hace unos días, en el Curso de
estudios bolivarianos en la Universidad
Latinoamericana y del Caribe, destacamos el conocimiento de
Miranda sobre el constitucionalismo antiguo y contemporáneo, que influyó en el
trabajo de la elaboración de sus proyectos constitucionales. Estoy muy
orgullosa, como profesora rusa, que a Miranda en su trabajo jurídico le inspiró
algo de la experiencia política rusa. Primero, Francisco de Miranda usó el
titulo Emperador para el Inca en el proyecto de 1798 [15]. Segundo, usó
el termino Imperio para definir y nombrar el Estado que quería fundar en
América [16]. Estos términos tienen, obviamente, raíces rusas (aparte de las
romanas), porque a fines del siglo XVIII y principios del XIX, existieron
solamente dos Imperios en el sentido jurídico, como apuntó el profesor P.
Catalano: el Ruso y el Sacro Romano [17].
Francisco de Miranda fue una
persona distinguida en la historia mundial. Cumplió un papel muy importante en
la fundación de las relaciones ruso-venezolanas. Puede ser considerado, por siempre,
como la base de la amistad fraternal entre Rusia y Venezuela.
NOTAS
* Profesora de Teoría e
Historia del Estado y del Derecho de la Universidad Estatal
de San Petersburgo, ha sido Vicedecana y Decana de la Facultad de
Jurisprudencia, y actualmente se desempeña como Decana de Derecho de la Universidad Estatal
de la Escuela
de Economía de Moscú, en San Petersburgo. El 24 de julio de 2010, fue
juramentada en Caracas como Presidenta de la Sociedad Bolivariana
de Rusia.
[1] Discurso de orden
pronunciado en el Acto organizado en Caracas, el 24 de julio de 2009, por la Sociedad Bolivariana
de Venezuela, en conmemoración del CCXXVI° Aniversario del Natalicio del
Libertador Simón Bolívar.
[2] M. ALPEROVICH, Francisco de Miranda en Rusia. Moscú 1985 (en ruso), p. 27.
[3] Este autor es muy
conocido en Venezuela por su libro tres veces editado en Caracas. La ultima
edicion: J. GRIGULIEVICH (LAVRETSKI),
Miranda: La vida ilustre del
Precursor de la
Independencia de América Latina. Caracas 2006.
[4] Ibidem, p. 68.
[5] M. ALPEROVICH, op. cit., p. 74.
[6] Op. cit., p. 82.
[7] F. de MIRANDA, América espera. Selección, prólogo y títulos
de J. L. Salcedo-Bastardo. Caracas 1982, pp. 82-83.
[8] M. ALPEROVICH, op. cit., pp. 257-261.
[9] B. MIROSHEVSKIY, Catalina II y Francisco Miranda. Historiador-marxista. 1940. N. 2,
p. 132; B. MIROSHEVSKIY, Los movimientos de independencia en las
colonias hispanoamericanas desde la conquista hasta la guerra de independencia,
1492-1810. Moscú-Leningrado
1946, pp. 86-91.
[10] J. GRIGULIEVICH (LAVRETSKI), op. cit., p.
72.
[11] Ibidem, p. 77.
[12] F. de MIRANDA, op. cit., p. 84.
[13] Ibidem, p. 91.
[14] M. ALPEROVICH, op. cit., pp. 278-279.
[15] “Proyecto de
Constitución para las Colonias Hispano-Americanas” (F. de MIRANDA,
op. cit., pp. 208-210).
[16] “Proyecto de Gobierno
Federal” (Ibidem, pp. 288-292).
[17] P. CATALANO, “Los proyectos
constitucionales del general Miranda: conceptos jurídicos romanos y realidad
americana”. Ponencia presentada en el Tercer Congreso Latinoamericano de
Derecho Romano, Bogotà 3-6 de agosto de 1981 (ahora en I progetti
costituzionali di Francisco de Miranda (1798-1808), Roma-Firenze 2010, p.
VII.) Sobre
el concepto jurídico de Imperio, ver: P.
CATALANO, “Le concept
juridique de l’Empire avant et au-delà des Etats”, en Méditerranées. Empires et passés
méditerranéens. N. 4. Paris 1995, pp. 29 ss.; P.
CATALANO, “Impero: un concetto dimenticato del diritto pubblico”, en Cristianità
ed Europa. Miscellanea di studi in onore di Luigi Prosdocimi, al cuidado de
Cesare Alzati, Herder, Roma-Freiburg-Wien 2000, pp. 47 ss.
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