viernes, 9 de enero de 2015

Sistema jurídico chino


Jorge Castro Urdaneta*

EL SISTEMA JURÍDICO

DE LA CHINA IMPERIAL

(Publicado en la versión impresa de Vltima Ratio: 
Boletín jurídico semestral de la Sociedad Venezolana para el Estudio del Derecho Latinoamericano.
Año I, número I. Caracas, enero-junio 2014, p. 3).

Desde la época de las llamadas “dinastías imperiales”, en China persiste una visión en la que se conciben a sí mismos como cardinales en el contexto mundial  –tal vez como herencia directa del sinocentrismo– lo que en muchos aspectos a lo largo de su extensa e ininterrumpida historia ha signado muchas de sus políticas internas e internacionales.
Desde esa perspectiva, podría encontrarse a lo largo de la historia de China, algunas similitudes con lo que significó Roma para el mundo occidental, respecto de la cual es común el aserto Roma caput mundi, regis orbi frena rotundi, así en muchos aspectos el desarrollo del Derecho en la China ancestral, influenció significativamente a otros sistemas legales de Asia, como el caso del ordenamiento jurídico coreano, japonés, o lo que hoy es Vietnam, entre otros Estados actuales o ya desaparecidos como el Reino de Ryukyu.
La cosmovisión China clásica, afirmaba un orden en el cual el cielo –tian– se refleja en el mundo humano a través de la paz –an– o armonía de la sociedad, siendo el emperador intermediario entre esos universos –celestial y terrenal–, por lo que cuando éste perdía el mandato celestial, su derrocamiento no era visto –si era exitoso claro está– como un crimen, sino como una acción justificada por el propio “orden” que sustentó el anterior gobierno.
Las principales escuelas filosóficas que surgen de este período son la de los legistas, el confucionismo y el taoísmo, las cuales han marcado el Derecho chino, a la par de corrientes doctrinarias de escuelas filosóficas “minoritarias”, como el mohismo, las cuales no se difunden ampliamente o inciden de forma aislada en la formación del sistema jurídico chino, pero caracterizan la constante hibridación de éstas, con nuevas concepciones que resultaron de la occidentalización del Derecho chino, hasta la actual reformulación del sistema jurídico chino, en la cual juega un papel destacado el Derecho Romano.
Los legistas. Tuvo su apogeo en la dinastía Qin (221-206 a.C.). Bajo la influencia de Shang Yang, sostuvo que el medio a través del cual se podía lograr la armonía social era con el sometimiento de la población al fa –vale decir a lo que en Occidente consideraríamos el ordenamiento jurídico positivo propiamente– como un ejercicio propio del poder político, el cual comportaba el establecimiento de un régimen legal cuyo desconocimiento acarreaba severos castigos.
Para los legistas, el emperador es concebido como el “Hijo del Cielo” y su función primordial era armonizar el orden social con el orden cósmico, por lo que detenta lo que hoy denominaríamos el Poder Público, el que ejerce a través de un cuerpo de funcionarios a los cuales en principio, sin perjuicio de su plena y originaria autoridad, debe dejar el cumplimiento de ciertas tareas.
Según enseña Li Lin, se elaboró el Fa Jin o Derecho clásico que constituía un conjunto de códigos de todas las áreas del Derecho con especial ahínco en la de naturaleza civil y penal, con lo que se regularon temas como la violación de la propiedad privada y pública (Dao Fa), daño a la estabilidad del Estado y a la seguridad personal (Zei Fa) entre otros, el cual fue objeto de revisión después de la dinastía Qin, regulándose aspectos de la vida política, económica o cultural hasta temas de la vida cotidiana, como la tenencia sobre la tierra (Tian Lu), la designación y nombramiento de funcionarios públicos (Zihili Lu), las prácticas agrícolas como lo relativo a los cultivos (Cang Lu) o la administración del dinero y de los recursos minerales (Jinbu Lu).
El confucionismo. La dinastía Han (206 a.C. al 220 d.C.) asumió el sistema de Derecho Qin, pero sostuvo la idea de Dong Zhongshu de valorar primordialmente al confucionismo, el emperador Kao Tsu, fundador de la dinastía Han, tributó honores religiosos a Confucio y posteriormente el emperador Wu estableció el confucionismo como la disciplina básica para la formación de los funcionarios de gobierno; a partir de tales eventos, cada nuevo regente profundizó de diversas formas los honores que sus predecesores les habían tributado a Confucio, incluso después de la caída del Imperio, si bien el confucionismo recibió un fuerte golpe, el gobierno de Chang Kai Shek declaró en 1934 fiesta nacional el aniversario del nacimiento de Confucio.
Para Confucio, la armonía social parte de la conformidad de la conducta individual de las normas morales y no de la coerción externa de las leyes, por ello su énfasis en el orden moral o li que por sí mismas logran el orden social, más que en el fa.
Las doctrina confucionista, afirmaba la existencia de emperadores santos de dinastías legendarias que habían mantenido unido y en orden el universo, mientras que la escuela legista partía del mundo tal cual es, sin reflexionar sobre un pasado ideal sobre el cual fundamentarse.
El sistema confuciano responde a la época de conflictos en la que viven sus fundadores y resuelve los problemas de un imperio eminentemente burocratizado, en el cual resultaba necesaria la unificación social y política, al ser el núcleo de la ética confucionista la formulación de las cinco relaciones: entre señor y súbdito, padre e hijo, esposo y esposa, hermano mayor y hermano menor, amigo mayor y menor, y de la cual se desarrollaron posteriormente, las diez maneras de comportarse: amor del padre, respeto filial del hijo; afabilidad del hermano mayor, humildad y respeto del hermano menor; equidad del esposo, obediencia de la esposa; consideración humana de los ancianos, respeto de los jóvenes; benevolencia de los señores y fidelidad de los súbditos.
Los postulados del confucionismo resultaron bastante adecuados, ya que impregnaron toda la mentalidad china, particularmente con su concepción de la familia, en la cual se llegó a identificar el imperio con una gran familia, en la que el emperador debía ser un padre bondadoso y los súbditos respetuosos y fieles, sus hijos.
El anterior símil no es gratuito, debido a que la familia es el sustrato más fundamental sobre el que se edifica la sociedad china, ya que ha sido la base de la organización social y administrativa, en la medida que sobre las bases del confucionismo adquiere unas dimensiones que caracterizan la sociedad tradicional china.
Confucio tiene la virtud de ser un extraordinario compilador, que sistematizó la tradición clásica china, que permitió a la escuela de los letrados confucianos, estructurar todo el mundo chino tradicional, desde la organización social como el gobierno y la educación.
Su pensamiento es eminentemente práctico y básicamente moral, vinculado a la relación del hombre con otros, que en las cinco relaciones básicas que acabamos de mencionar deben concretar la virtud básica del ren, habitualmente traducida como “humanidad” o “benevolencia”, y que consiste en “amar a los hombres”.
Ahora bien, ese amor es jerarquizado, en tanto se ajusta a las cinco relaciones básicas, que se concreta en que la relación entre el soberano y sus súbditos sea similar a la que existe entre un padre y sus hijos; el primero debe procurar el bienestar del pueblo, y el pueblo debe obedecerlo como a un padre. Esa idea con ciertos matices se mantiene parcialmente  vigente  en  la   actualidad, concretamente en la relación entre la China comunista –paternalismo estatal chino– y los ciudadanos.
Todas las corrientes que se inscriben en el confucionismo, destacan la necesidad de seleccionar, al margen de sus antecedentes sociales y económicos, a personas virtuosas, lo cual se concretó en el llamado sistema de examen competitivo chino para el servicio civil, que en forma alguna trastocó el carácter de China como una sociedad organizada y estrictamente diferenciada, lo que se consideraba como un elemento necesario para la armonía en la sociedad.
El taoísmo. La tercera corriente de pensamiento que influyó en la concepción del sistema jurídico imperial chino, es el taoísmo o daoísmo, desarrollado entre otros por los filósofos Lao Tsé y Zhuang Zi. Se opone a las instituciones y organizaciones, así como a las leyes morales y los gobiernos en general al considerarlos como artificios humanos que obstruyen el tao; bajo la práctica del wua wei, se materializa una pasividad política en la cual la sociedad y las personas aceptan sin lucha las experiencias de la vida, conforme a la forma natural de las cosas, por lo cual se termina sosteniendo que la mejor forma de “gobernar el mundo es no gobernarlo”; el gobierno terminaría siendo una guía y no un poder que gobierna.
No es difícil entender entonces, por qué el taoísmo se ha señalado como la “otra manera” e incluso como una respuesta al confucionismo y a los legistas  –aunque la idea del tao, sea parte igualmente de estas otras corrientes de pensamiento–, por lo que no puede considerarse radicalmente diferente a la concepción de la vida confuciana. Mientras que del confucionismo se puede afirmar fue la escuela de la élite, el taoísmo prosperó entre la gente común. El confucionismo denunció el principio de wua wei y creía en una forma más activa del gobierno y control social rígido, en tanto que el taoísmo se enfocaba fundamentalmente en promover la paz interior de las personas y armonía con el entorno.
Aunque el taoísmo puede ser diferente del confucionismo, no es contradictorio; tanto confucionismo, taoísmo y los legistas desempeñaron un papel en la caracterización del sistema jurídico imperial chino. Para el confucionismo la clase dirigente estaría controlada por la virtud en lugar de la ley, pero los legistas conferían a la ley positiva la importancia necesaria para que esa clase ejerciera la represión necesaria de la disidencia o en general de las leyes que ellos dictaban –sin alejarse ambas corrientes del objetivo de alcanzar el mundo ideal, el tao–, en tanto el taoísmo igualmente era útil a los fines de mantener el estatus establecido –el taoísta se aleja del activismo social–.
De ello resulta pues, que el Estado de Derecho –fazhi– en la antigua China se caracteriza por ser fundamentalmente una regla moral –renzhi–, diseñado para el beneficio de aquellos que gobiernan, y la ley se erige como un instrumento de represión.
Así, desde el punto de vista jurisdiccional, las diferencias entre personas se resolvían en términos generales de acuerdo a los principios del li, lo que tal vez explique la tradición china contemporánea de defender la conciliación directa o los medios alternativos de resolución de conflictos, como principal vía de solución de controversias.
El Derecho imperial chino, tal vez pueda ilustrarse con el relato de Cheng-Yung, un alto funcionario chino en el año 497 d.C., quien fue enterrado con los escritos de Confucio y de Lao Tsé en la mano izquierda, y los Sutras del Loto budista en la diestra, por lo que murió, se dice, como un típico chino: avanzando con los tiempos y los cambios para satisfacer sus necesidades, aunque en algunos casos ello implique importantes sacrificios sociales.
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*Universidad Católica Andrés Bello, Abogado. Universidad Central de Venezuela, Especialista en Derecho Administrativo; cursante del Doctorado en Ciencias, mención Derecho.

El tema del presente trabajo se encuentra desarrollado por el autor en la Revista de Derecho, número 35, del Tribunal Supremo de Justicia.

1 comentario:

  1. Interesante artículo, me propondré leer el que está en la Revista del Tribunal.
    Sin embargo, me llamó la atención que hay dos planteamientos sobre el confucionismo. Uno que plantea que Para Confucio, la armonía social parte de la conformidad de la conducta individual de las normas morales y no de la coerción externa de las leyes, por ello su énfasis en el orden moral o li que por sí mismas logran el orden social, más que en el fa; y, otro en que se plantea que El confucionismo denunció el principio de wua wei y creía en una forma más activa del gobierno y control social rígido, en tanto que el taoísmo se enfocaba fundamentalmente en promover la paz interior de las personas y armonía con el entorno.
    Sería interesante saber si son simplemente planteamientos contradictorios, o una evolución histórica propia de quien se encuentra en el ejercicio del poder.

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