Natalia Boza Scotto y Emilio Spósito Contreras
LA CANDIDATURA DE HENRI FALCÓN:
Una opción democrática frente a la írrita
Constituyente
El
poder acrecentado arbitrariamente y sin respeto de límite alguno, ha desnaturalizado
el Derecho y, acudiendo a una vacía formalidad jurídica, encuentra en la Sala
Constitucional un aliado que bloquea los actos legislativos sancionados por la
Asamblea Nacional, en ejercicio de sus funciones constitucionales. Aún más,
mediante la conformación de una Asamblea Nacional Constituyente ajena a la
voluntad popular, desconoce el normal funcionamiento del Estado, pretendiendo
supeditar las distintas ramas del Poder Público a aquella.
El
gobierno, dueño de todos los resortes del poder, se empeña en conservarlo a
toda costa, acudiendo al populismo, la demagogia, el amparo de la corrupción,
el hambre, e inclusive el terror, el fuego y la sangre; las más de las veces,
por tanto, se vale de la ilegalidad.
Precisamente,
la írrita Asamblea Nacional Constituyente instaurada en 2017 constituye una
clara evidencia de la implosión del Estado venezolano. Contrariando la Constitución
y con unas bases comiciales a la medida, a fin de obtener un solo resultado
electoral posible, por supuesto predeterminado, este adefesio se erige hoy día como
el principal obstáculo de la institucionalidad del país, usurpando las
funciones del Poder Legislativo Nacional y amenazando a toda la sociedad con
profundizar la revolución, la revolución como sinónimo de caos y destrucción.
¿Qué
hacer frente este escenario? Difícilmente, el poder usurpado será devuelto de
forma voluntaria a su titular, el pueblo. A partir de esta premisa, en la
teoría está justificado el uso legítimo de la violencia; pero en la práctica, los
ciudadanos no tienen armas y quizás tampoco estarían dispuestos a usarlas, resultando
absolutamente inaceptable que mercenarios las empuñen por ellos.
En
el futuro inmediato se plantea la vía de las elecciones presidenciales, que el
gobierno, ante la imposibilidad de eludirlas, ha desacreditado con –fundadas– sospechas.
Pero ninguna oportunidad debe descartarse. Las elecciones, aun precarias, sirven
para manifestar el profundo descontento de los venezolanos y, sobre todo, para
presentar propuestas que permitan recuperar su calidad de vida.
Así
puede interpretarse de la candidatura de Henri Falcón, quien ha aglutinado a su
alrededor los más variados sectores políticos del país, convencidos de que la
estrategia debe ser pacífica y que, contra los tiranos y los extremistas, deben
oponerse los principios y el Derecho. En tal sentido, puede revisarse el
Programa de Gobierno de Henri Falcón (https://henrifalcon.com/descargas/La-Gran-Transformaci%C3%B3n-(2019-2025).pdf).
Un
triunfo del candidato Falcón, aunque no desmonta inmediatamente la írrita
Asamblea Nacional Constituyente, está más cerca de abatirla que las estrategias
abstencionistas o violentas. La clara expresión del pueblo en unas elecciones,
la verdadera democracia, anticiparía la disolución de una Constituyente que,
más temprano que tarde, tendrá que rendir cuentas de sus actos y enfrentar el
escrutinio de la voluntad popular. Por ello, la candidatura de Henri Falcón es
una opción democrática frente a la írrita Constituyente.
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